La pasada temporada, a través de diversos ejercicios, nos
propusimos
desarrollar la visión impresionista del paisaje.
Evitando el trazo lineal, aprendimos a copiar la
forma de las manchas. Entendiendo también que la distancia define las formas y
que lo importante
no son los detalles sino la estructura de las imágenes.
Este año hemos analizado el problema del color, su percepción y
representación.
RESUMEN DE CONTENIDOS
Una de las aportaciones más importantes que hicieron los pintores impresionistas, fue la concepción del color como elemento "polifónico", tanto en su percepción, a partir de la naturaleza, como en su representación en el cuadro.
El academicismo precedente consideraba el color como atributo local de las formas. Es decir "el color de las cosas". Para los pintores impresionistas, el color es luz, ambiente, clima y expresión del motivo que tienen ante sus ojos. Por lo que es necesario verlo como un acorde, como un efecto simultáneo que, bien organizado en el cuadro, puede provocar en el espectador sensaciones similares a las que experimenta el artista.
La experiencia de los impresionistas, postimpresionistas, fauves y expresionistas en el tratamiento del color bajo este presupuesto, ha supuesto una inagotable fuente de inspiración para muchos de los más importantes movimientos artísticos del siglo XX.
Algunos profesores de la Bauhaus, (Kandinsky, Klee, Albers, Itten) se propusieron profundizar en todas esas aportaciones y descubrimientos, a través de sus clases, en sus obras personales y en diversas publicaciones, que hoy constituyen un material imprescindible para la comprensión y experimentación del color.
En nuestra primera sesión, hemos empezado a considerar el color que vemos no como "el color de las cosas", sino buscando su valor en el conjunto del motivo. Para ello es necesario desarrollar la visión periférica; es decir hay que mirar de soslayo el color que nos interese valorar, con el fin de no apreciarlo en su valor absoluto sino en su sensación relativa en el conjunto del motivo.
Para ello empezamos haciendo un círculo cromático, para familiarizarnos con nuestros instrumentos. El círculo cromático nos ofrece todas las posibilidades a nuestro alcance para la representación del color.
A continuación realizamos un ejercicio de mimetización de una sensación cromática, modificando con trazos de pastel, el color de una cartulina hasta que éste se integra con el color que la rodea.
Después nos disponemos a estudiar los siete contrastes de color que Johannes Itten, propone en su libro el Arte del Color. Realizando en la primera sesión, dos trabajos para estudiar:
1. El contraste de color en si mismo.
2. El constraste de color en su valor tonal (Colores del mismo tono, claro y oscuro).
MOSAICOS DE COLORES
Para evitar la asociación del color con la forma que supuestamente lo contiene, hemos decidido utilizar un sistema de mosaicos de colores, creando modelos de armonías y estudiando los diferentes tipos de contrastes.
Estamos comprobando, además, la eficacia de este sistema a la hora de analizar y construir los campos de color que se nos presentan en el natural. Se trata de dibujar una cuadrícula en la que se sitúan (sin atención a la forma, pero si a la posición) las diferentes sensaciones cromáticas que, aplicando la visión periférica (mirando de soslayo), vamos percibiendo.
El empleo de mosaicos como medio para disponer "campos de color" des-integrados de la forma, es un método empleado por algunos artistas muy conocidos. En algunos casos, como fin (Klee, Mondrian, Albers, Kupka, Vantongerloo, Itten, Rothko) y en otros como medio para alcanzar posteriormente la forma (Cézanne, Seurat...).
En nuestra primera sesión, hemos empezado a considerar el color que vemos no como "el color de las cosas", sino buscando su valor en el conjunto del motivo. Para ello es necesario desarrollar la visión periférica; es decir hay que mirar de soslayo el color que nos interese valorar, con el fin de no apreciarlo en su valor absoluto sino en su sensación relativa en el conjunto del motivo.
Para ello empezamos haciendo un círculo cromático, para familiarizarnos con nuestros instrumentos. El círculo cromático nos ofrece todas las posibilidades a nuestro alcance para la representación del color.
A continuación realizamos un ejercicio de mimetización de una sensación cromática, modificando con trazos de pastel, el color de una cartulina hasta que éste se integra con el color que la rodea.
Después nos disponemos a estudiar los siete contrastes de color que Johannes Itten, propone en su libro el Arte del Color. Realizando en la primera sesión, dos trabajos para estudiar:
1. El contraste de color en si mismo.
2. El constraste de color en su valor tonal (Colores del mismo tono, claro y oscuro).
MOSAICOS DE COLORES
Para evitar la asociación del color con la forma que supuestamente lo contiene, hemos decidido utilizar un sistema de mosaicos de colores, creando modelos de armonías y estudiando los diferentes tipos de contrastes.
Estamos comprobando, además, la eficacia de este sistema a la hora de analizar y construir los campos de color que se nos presentan en el natural. Se trata de dibujar una cuadrícula en la que se sitúan (sin atención a la forma, pero si a la posición) las diferentes sensaciones cromáticas que, aplicando la visión periférica (mirando de soslayo), vamos percibiendo.
El empleo de mosaicos como medio para disponer "campos de color" des-integrados de la forma, es un método empleado por algunos artistas muy conocidos. En algunos casos, como fin (Klee, Mondrian, Albers, Kupka, Vantongerloo, Itten, Rothko) y en otros como medio para alcanzar posteriormente la forma (Cézanne, Seurat...).
Seurat
Mondrian
Josef Albers
Paul Klee
Paul Cèzanne
Franz Kupka
En la siguiente sesión hemos estudiado el contraste entre calientes y fríos. Y la diferencia entre Armonía y expresión de los colores.
A continuación hicimos algunos estudios del "color simultáneo" a partir del natural, sin dibujo previo pero con el auxilio de la cuadrícula.
He aquí algunos resultados:
Hemos pasado un fin de semana en Alameda del Valle, reflexionando sobre el color y desarrollando algunos ejercicios de percepción y representación del color a partir del natural.
Los trabajos all over de mimetización del color han dado resultados muy buenos y sorprendentes al obtener sensaciones perfectas de integración de los colores en su contexto, sin realizar mezclas.
Para familiarizarnos con el sistema de mosaicos de color, hemos estudiado algunos de los contrastes básicos; colores puros (primarios y secundarios) y contrastes de tono.
El estudio de los efectos del color, entendido como luz y "polifonía", en lugar de atributo de las formas, ha abierto nuevos caminos para los participantes del taller.
Los resultados han sido muy buenos, como se puede apreciar en las siguientes imágenes.
El pasado viernes 28 de junio tuvimos la última sesión de esta serie de estudios prácticos sobre la visión y representación del color impresionista.
Tras una breve reflexión en la que insistimos en la necesidad de considerar el color como un efecto de la luz y de percibirlo como un todo en lugar de ver el "color de las cosas" como atributos independientes, hemos propuesto nuevos ejercicios de mimetización con el fin de tomar conciencia de la genuina actitud impresionista. Estos trabajos ayudan a ver el color como sensaciones en lugar de "mezclas". Así, se han podido integrar diversos sistemas de colores construidos en papel con acuarelas in situ. Los efectos son sorprendentes cuando esas muestras de colores pintados se confunden con el entorno, a pesar de presentarse como acordes de colores puros.
Tras una breve reflexión en la que insistimos en la necesidad de considerar el color como un efecto de la luz y de percibirlo como un todo en lugar de ver el "color de las cosas" como atributos independientes, hemos propuesto nuevos ejercicios de mimetización con el fin de tomar conciencia de la genuina actitud impresionista. Estos trabajos ayudan a ver el color como sensaciones en lugar de "mezclas". Así, se han podido integrar diversos sistemas de colores construidos en papel con acuarelas in situ. Los efectos son sorprendentes cuando esas muestras de colores pintados se confunden con el entorno, a pesar de presentarse como acordes de colores puros.
Después hemos propuesto nuevos ejercicios de representación del color mediante el apoyo de la cuadrícula.
Creo que los asistentes a estas experiencias han entendido muy bien de qué se trata. Y eso a pesar de la dificultad que entraña representar el color sin un dibujo previo, para pintores que se han venido formando dentro unos planteamientos mas o menos académicos.
Me siento muy satisfecho con los resultados y muy entusiasmado con la idea de seguir trabajando por estos nuevos caminos. Os animo a todos a que sigáis desarrollando esta nueva y apasionante manera de ver el color.
El color es la luz y como compartimos en el fin de semana que pasamos en Alameda del Valle, es una de las mejores maneras de expresar la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario